La decadencia no es inevitable, sólo posible.La misión estriba en romper el ciclo natural del auge y la decadencia; para ello es preciso dar con la combinacion de cualidades de liderazgo y emprendimiento que permita centrar las energías y encausarlas, de ser necesario, inclusive en contra de la corriente.
El emprendimiento como objeto y como acción ha sido y será la palanca de desarrollo y progreso de todas las sociedades.En épocas pasadas cuando la vida ranscurría de manera más tranquila, los emprendedores nacían cada cierto tiempo e impulsaban los cambios y luego, estos cambios se constituían en las nuevas reglas que la gente los aplicaba sin necesidad de cambiarlas por mucho tiempo.Pero en la actualidad, la velocidad de los cambios cada vez más acelerados y el escenario de un mundo altamente competitivo nos pone en vereda y nos impele asumir el emprendimiento como mecanismo de sobrevivencia.Lo cierto es que, necesitamos saber manejar situaciones inesperadas, reinterpretar el entorno, intuir las oportunidades y amenazas que se nos presentan, adaptarnos oportunamente a los cambios, vislumbrar las posibilidades del futuro en medio de la incetidumbre y estar tranquilos bajo situaciones de riesgo
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